¿Alguna vez te has preguntado porque eres de una comparsa y no de otra? Pues yo si. Corrían los años 90 y como quizás muchos jóvenes, me hice esta pregunta. Y la respuesta solo tenía una trayectoria: ¡La mitad de mi familia es Corsaria! Mi hermano y mis tres primas fuimos Corsarios y Corsarias antes de recibir el primer sagrado sacramento de la iglesia. Mi padre, Manolo Ferrándiz “el Neri” y mi tío, Alfonso Egea “el Nabo”, no solo compartían ser cuñados y amigos, sino que además debutaron juntos en la comparsa de Marinos Corsarios en el año 1963, siendo reconocidos como socios ejemplares en el año 2013 y 1991, respectivamente.

Formaron parte de la escuadra de Caribes, siendo Manolo fundador de la misma, desarrollaron cargos directivos, ostentaron cargos festeros en varias ocasiones y lo más importante han sido grandes embajadores y colaboradores para el desarrollo y evolución de la comparsa que todos conocemos. Sus mujeres, nuestras madres, engrandecieron más si cabe sus vivencias festeras. Los cuatro juntos formaban un perfecto cuarteto dispuesto a agrandar un sentimiento de identidad colectiva por amar a nuestra comparsa. Nosotros, el hijo y las hijas, pasamos toda la infancia presumiendo de la comparsa de nuestros padres, del barco corsario que navegaba más rápido, y anhelando tener la suerte de ser cargos festeros. Crecimos en un ambiente donde se mezclaban aspectos de fiestas y de nuestra comparsa con cualquier otra fecha del año, claro está que en ocasiones suscitaban rencillas con la otra mitad de la familia que siendo también grandes festeros, pertenecen a otras comparsas. En definitiva, pertenecemos a una gran familia festera por los cuatro costados, amantes de Villena y sus fiestas.
Pues bien, estos dos hombres han compartido más de media vida juntos, y por capricho del destino nos han dejado casi al mismo tiempo. Alfonso y Manolo, Manolo y Alfonso, los cuñados, han sido las personas a las cuales les debemos que su hijo e hijas seamos de esta comparsa. Fueron hombres de mucho talante, sencillos y muy vividores, nunca tenían un “No” si se trataba de fiestas, tanto que no dudaron en compartir ser cargos festeros en 2013 acompañando a una hija, sobrina, nieta y nieto. De ellos, hemos aprendido que las fiestas son el amor de una familia por estar con una comparsa en tiempos buenos y menos buenos, que no hay que obligar a nadie a permanecer ni a formar parte de ella, solo mostrando el respeto y la forma de hacer comparsa, hará que la gente quiera estar en ella. Y así fue; una nuera, tres yernos y nueve nietos engrandecen más si cabe a nuestra familia festera. Tanto que actualmente, vivimos tiempos de los que se sentirían muy orgullosos al ver quien capitanea el barco y todos los grumetes y artilleros que la acompañamos. La nostalgia nos invade de pensar que no estáis aquí para verlo y pediros consejos para realzar nuestras fiestas. Sin embargo, estamos convencidos que seguiréis haciendo comparsa allí donde estéis, no podía haber sido de otra manera, teníais que tomar ese tren juntos para acompañar a vuestra hija y sobrina, así como a todos los amigos y socios corsarios que ya habían partido y de los que tantas veces os acordabais. Aquí tenemos faena, seguiremos celebrando esas largas jornadas en familia, hablaremos de fiestas, seguiremos presumiendo de comparsa y sobre todo, os echaremos de menos recordando que bien sabíais disfrutar de cada momento de la vida. Intentaremos hacerlo bien, nos habéis dejado el mejor legado: “Ser de esta comparsa no se escoge, sino que se nace, la vives y la disfrutas”.
Firmado
Vuestra hija y sobrina
NURIA FERRÁNDIZ
Nuria un escrito muy bonito, sencillo y discreto en el que expresas el sentir de las personas por la fiesta, con todo lo que eso conlleva, es sentirse orgulloso de saber de donde venimos,y recordar a los que plantaron la semilla para qué esto siga continuando y que sea así por mucho tiempo,un fuerte abrazo a todo la familia
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