Todo comienza el 9 de septiembre de 2019. Nuestros cargos festeros se preparan para partir de tierra firme, rumbo a las fiestas de 2020. Un año lleno de ilusiones y sueños, que aflorarán en ese primer acto por las calles de Villena, desfilando al son del “125 Aniversario”. Nervios y emociones marcarían una travesía, que sería muy especial…
Llegado noviembre, el timón del buque corsario cambia de capitanía y tripulación. Un grupo plural, joven y paritario de la comparsa, formado por amigos y familiares, que después de muchas reuniones, entrevistas y llamadas, forman una nueva directiva con el objetivo de descubrir apasionantes rutas. Para la mayoría, es la primera vez en asumir tal responsabilidad. El funcionamiento de un barco requiere de muchas y variadas acciones: dirigir, organizar, planificar, compartir y debatir un sinfín de actividades e ideas… para conseguir una travesía segura, genuina e inolvidable para todos los marineros y marineras. El barco está a punto de zarpar y pronto asumirán su responsabilidad, afrontando este gran reto, con nervios e ilusión, deseando que todos se sientan únicos e importantes dentro de esta gran familia.
Rápidamente se ponen a trabajar. Ilusión, escucha activa, complicidad, confianza, integración, respeto, empatía, corresponsabilidad y un buen sentido del humor serán las directrices que marcarán la nueva hoja de ruta, encabezada por la capitana Fuensanta Martínez.
Viento en popa y a toda vela navegarán hacia el primer puerto y una vez en tierra, se celebró el acto de entrega de trofeos del campeonato de Navidad. Fue una velada extraordinaria en el local social de la comparsa, donde tras conocer a nuestros representantes para el Ecuador Festero, se ofreció un refrigerio por el buen hacer de participantes y colaboradores. Esta primera travesía ayuda a la nueva directiva a coger el timón con destreza y pericia.
El siguiente destino será crucial, se dirigen hacia uno de los grandes momentos festeros en Villena, el Ecuador, que a su vez dará la bienvenida a las fiestas de 2020. Pero antes, una breve parada para cargar de ilusión y motivación a las madrinas de la comparsa, nos referimos al acto de entrega de peinetas, organizado por la Junta Central de Fiestas. Cati y Ainhoa fueron obsequiadas y nombradas Madrinas Mayor e Infantil de la comparsa de Marinos Corsarios, en un bonito y emotivo acto realizado en el majestuoso Teatro Chapí.
Ya de vuelta en el barco y a punto de zarpar hacia el próximo puerto, se realizó el tradicional brindis navideño, fue el colofón al año que acababa y sirvió de entrada al nuevo año que pronto comenzaría, con los mejores deseos para todos y todas.
Con el mar en calma y las velas a media asta, comienza el nuevo año, pero la calma de los festivos días navideños tiene sus días contados… la Junta Central de Fiestas (JCF) da comienzo a la celebración de su 50º aniversario. Se presagia un año repleto de nuevos actos y acontecimientos singulares, que se archivarán para la historia y el recuerdo. De pronto, el aire sopla con fuerza y todos los tripulantes vuelven a sus puestos.
El comienzo es una vorágine: reuniones de presidentes, cronistas, compromisarios, directivas… surgen propuestas que decidir, problemas a resolver, acuerdos que tomar y grandes ideas por materializar, con el fin de hacer que este barco corsario reluzca como nunca. Destacar la entrada con fuerza en las redes sociales, de una delegada joven y con talento, que moderniza las comunicaciones y divulgaciones del barco, proponiendo nuevas estrategias de navegación que permiten hacer más atractiva y entretenida la travesía, llevando la voz corsaria a más puertos, a nuevos destinos.
Los días y las noches pasan rápido. Cuando se quieren dar cuenta ya están preparando el Ecuador interno de la Comparsa, preludio del Ecuador Festero y primer acto que anunciará las tan ansiadas fiestas de 2020. La organización y planificación de la directiva genera innumerables listas de trabajo: un local social que preparar, enseres por revisar, permisos por aprobar ¡y los nervios a flor de piel! Se preparan los concursos de gachamiga, ajo, truque y dominó, recuperando la comparsa el concurso de dibujo infantil y juvenil a cargo de la escuadra especial de Marineros del Chicharra, con la colaboración de la escuadra especial de Colombinas.

En este día, 23 de febrero, todos se asomaron a la cubierta, de proa a popa y de babor a estribor se respiraba alegría y entusiasmo por vivir ya, un trocito de las fiestas. En cada rincón se podían ver grupos dispuestos a participar, colaborar y disfrutar de los concursos, la comida y sobre todo, del ambiente familiar y festero que nos caracteriza.
La semana siguiente se arribaría a un relevante puerto, el Ecuador Festero. Para entonces la directiva había cogido ya experiencia al timón, confiando en el trabajo realizado para desarrollar con éxito el desembarco. Fue un fin de semana vibrante, siendo el primer acto oficial que preparaba la nueva directiva de la JCF y con él comenzarían los actos de celebración de su 50 aniversario.
Durante la mañana del sábado 29 de febrero los cargos infantiles pudieron disfrutar de todas las actividades que se prepararon para los más jóvenes. Ya por la tarde, después de realizar las fotos oficiales a los cargos festeros, se organizó un desfile por las calles de Villena con un boato conmemorativo muy especial, formado por aquellas banderas de las comparsas que habían sido oficiales desde 1970, año de fundación de la JCF. Como colofón al día, una cena y una verbena que cerraban lo que sería la antesala del gran día.
Y llegó el domingo del Ecuador, tocaba madrugar, igual que si estuvieran en fiestas. Un buen chocolate con churros y unas risas tempraneras antes de trabajar serían el mejor combustible para empezar con energía el día. Con gran efectividad y eficacia, la directiva y colaboradores prepararon todo lo necesario para que la familia Corsaria disfrutara de un suculento almuerzo a la llegada de nuestros cargos festeros. Y para acabar los actos del Ecuador, la comparsa de Piratas organizó una comida con tardeo en el barco pirata.

Fue un fin de semana muy completo, lleno de alegría, amistad, compañerismo y complicidad. Tanto la capitana como su tripulación, pudieron sentir el orgullo de dirigir y formar parte de estar gran comparsa.
Al día siguiente, de nuevo en el mar y brújula en mano, se dispusieron a llegar a su destino final, las Fiestas de Moros y Cristianos de 2020. Las aguas estaban tranquilas, mostraban un color cristalino poco común para esa época del año. Nada ni nadie hacía presagiar que esa calma podría ser la antesala de una gran ola, ¡un tsunami!
De pronto, algo hizo encallar al barco, quedaron varados y casi sin respiración cuando se anunció que una pandemia mundial denominada COVID-19 había sido la causante. ¡Podía costarles la vida seguir navegando en esas aguas! De pronto la brújula desvió el rumbo y los motores, que con tanta bravura habían movido el barco, pararon de repente. No tenían herramientas ni tecnología para combatirla, y el desconocimiento era tan grande que se vieron obligados a echar el ancla y fondear el barco. Era muy inquietante lo que estaba ocurriendo, se puso en jaque a toda la humanidad, paralizando así a toda la sociedad. Aunque todo se detuvo de repente, un arraigado espíritu marinero les hizo confiar en que pronto pasaría la tormenta, retornando a la normalidad.
Para hacer más amena la espera, la tripulante encargada de las redes desarrolló nuevas ideas creativas que se plasmaron telemáticamente, activó mecanismos que permitieron recordar la historia festera de cada miembro en la comparsa; un bingo donde cada casilla hacía referencia a un momento tradicional o a un hecho destacado; para los más peques un concurso de dibujo para colorear el anagrama corsario y por último, un álbum de fotos con los recuerdos de la historia de la comparsa.
Y fueron pasando lentos los días entre juegos, recuerdos y videollamadas, pero el virus lejos de remitir seguía expandiéndose hasta llegar a todos los rincones del planeta.
Al llegar el mes de mayo, durante aquellos momentos de espera, de súbito, un rayo alcanzó la proa de un barco amigo, deteniendo por un momento los corazones de marineros y marineras. Comprobaron que las fiestas de la vecina localidad de Biar se habían suspendido, este año por tanto ¡no vendría la Mahoma a Villena! Poco después, la JCF anunció la suspensión de todos los actos preparados con motivo de su 50 aniversario, durante los meses de mayo, junio y julio, lo que puso en alerta a todos los festeros de Villena.
Inicialmente la tripulación habían decidido seguir navegando, pero la tempestad les impidió continuar y regresaron a casa. Dos sentimientos se enfrentaban en la tripulación, de un lado la tristeza, angustia e inquietud por toda la incertidumbre generada y por otro, la esperanza imbuida de ese espíritu festero, de que todo pasaría y que en septiembre volverían a disfrutarían de las queridas fiestas de Moros y Cristianos.
Las primeras valientes fueron las componentes de la escuadra especial de Colombinas, al anunciar con mucha tristeza y serenidad, ya que celebraban su XX aniversario, que estas fiestas no saldrían a desfilar. Era mayo y estaban por cerrar muchos contratos con músicos, modistas/os, maquilladora/es, boatos, local social… pero la complejidad de los acontecimientos imposibilitaba la toma de decisiones y sobre todo la confección de los trajes.
La tristeza e incertidumbre de los cargos oficiales iba en aumento, cada día veían más cerca esa tan previsible como inevitable decisión final, que rompería sus sueños e ilusiones por las fiestas del 2020.
En esta difícil situación afloraron por parte de la directiva, esos aspectos humanos tan importantes, la solidaridad con aquellos socios y socias más desfavorecidos y el máximo apoyo para afrontar los problemas económicos y personales que iban surgiendo. Se decidió posponer el cobro de cuotas hasta que las circunstancias vislumbraran un horizonte más optimista. Finalmente, el 17 de junio de 2020 se celebró la Asamblea General Ordinaria de la JCF, donde se hizo oficial la noticia, el sentido común y la responsabilidad humana y sanitaria obligaron a declarar la suspensión de las fiestas de Moros y Cristianos 2020, un acontecimiento que tan solo había sucedido anteriormente en una
ocasión en la historia de las fiestas de Villena, debido a la guerra civil española (1936-1938). La suspensión por la pandemia, era un secreto a voces, algo que nadie hubiese querido oír pero que se entendía inevitable para salvaguarda la salud de todos los ciudadanos y ciudadanos de Villena.
Estos hechos y circunstancias han provocado una profunda tristeza en la ciudadanía y resulta imposible pensar cuantos sueños e ilusiones se habrán quedado por el camino, así como en el dolor y vacío que festeros y festeras sentirán el próximo 5 de septiembre, cuando a las 4 de la tarde no puedan vivir ese mágico momento que supone ver a su querida Banda Municipal de Música abriendo el desfile, al son del pasodoble “La Entrada”, del maestro Quintín Esquembre.
Pero ese no es el rumbo ni el horizonte donde mirar. El barco se ha detenido, sí, pero todos los marineros y marineras deben seguir con más motivación y ánimo que nunca. Las Fiestas de 2021 llegarán con mucha más ilusión, todos recobrarán la alegría y se construirán nuevos sueños.
Cati, Valero, Paco, Ainhoa, Alejandro, Víctor, la travesía no acaba aquí, la aventura no ha hecho más que empezar y pronto la retomareis de nuevo. Colombinas, este año no será vuestra celebración, pero en el 2021 se celebrará vuestro XX + I aniversario, vaya por delante la admiración y felicitación de toda la comparsa. Directiva, ahora no hay tiempo para relajarse porque las fiestas del próximo año tienen que ser las más espectaculares y grandiosas de la historia de la comparsa. Y a todos los Marinos Corsarios deciros que vosotros y vosotras sois lo más importante de la travesía, sin vosotros no existiría ningún proyecto festero. La comparsa os necesita con más fuerza que nunca, permitir aflorar vuestros sentimientos de tristeza y rabia. La tormenta pasará y un nuevo amanecer mostrará un nuevo destino, las fiestas del 2021. Tanto la tripulación como su capitana están preparadas y ansiosas por volver a faenar en nuevas aguas. Mantener el ánimo y el espíritu festero que lleváis dentro porque ninguna pandemia podrá con vosotros. Se vivirán intensamente todos los actos que con tanta dedicación y trabajo han programado la JCF para conmemorar el 50 más 1 aniversario.
Por último, a la comparsa de Marinos Corsarios le gustaría agradecer al pueblo de Villena el comportamiento ejemplar durante los tiempos difíciles que se están viviendo a causa del COVID-19. Esta pandemia la venceremos juntos, las fiestas de Villena en honor a Nuestra Señora de las Virtudes volverán con más energía que nunca y volveremos a gritar ¡Día 4 que Fuera!
Salud y ánimo para todos.
Las cronistas